domingo, 6 de junio de 2010

"MOSCAS DE LA NARIZ"


Tú preparas mesa delante de mí en presencia de mis enemigos; has ungido mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando. Salmo 23:5

En el antiguo Israel los pastores usaban el aceite con tres propósitos:
• repeler los insectos,
• prevenir los conflictos y
• curar las heridas.

1. Los insectos fastidian a las personas, pero pueden matar a una oveja.
2. Las moscas, mosquitos y otros insectos pueden convertir el verano en una tortura para el ganado.

Por ejemplo, considérese las moscas de la nariz. Si logran depositar sus huevos en la membrana blanda de la nariz de la oveja, los huevos se convierten en larvas con forma de gusano que vuelven locas a las ovejas.

Un pastor explica: «Para aliviar esta torturante molestia, la oveja deliberadamente golpea su cabeza contra los árboles, rocas, postes o arbusto … En casos extremos de intensas plagas, la oveja puede matarse en un esfuerzo frenético por hallar alivio».

Cuando aparece un enjambre de moscas de la nariz, las ovejas entran en pánico.

• Corren. Se esconden.
• Agitan la cabeza de arriba abajo durante horas.
• Se olvidan de comer.
• No pueden dormir.
• Los corderitos dejan de mamar y dejan de crecer.
• Todo el rebaño puede dispersarse y perecer por la presencia de unas pocas moscas.

Por esta razón el pastor unge a la oveja: Les cubre la cabeza con un repelente hecho de aceite.

El séptimo mensajero en el Mensaje Un Guia nos enseñó que nuestro verdadero pastor es el Señor Jesus Cristo. Si es así El es el que nos unge con el verdadero aceite de la Gracia que es el Espíritu Santo. De tal modo, nosotros debemos creer que estamos necesitados de ese aceite repelente que usaba el pastor para las ovejas allá en el antiguo Israel.

El olor del aceite impide que los insectos se acerquen y los animales permanecen en paz hasta el tiempo del celo.

La mayor parte del año las ovejas son animales tranquilos y pacíficos. Pero durante el celo, todo cambia.

• Los carneros se pavonean por el prado y doblan el cogote tratando de captar la atención de la nueva chica-oveja.
• Cuando el carnero capta su mirada, levanta la cabeza y dice: «Te quiero».
• En esos momentos aparece el novio y le dice que vaya a un lugar seguro. «Es mejor que te vayas. Esto podría ponerse muy feo».

Los dos carneros bajan la cabeza y comienza una riña a la antigua.

1. Para evitar las heridas, el pastor unge los carneros.
2. Les esparce una sustancia resbalosa, grasienta, por la nariz y la cabeza.
3. Este lubricante hace que sus cabezas se deslicen y no se hagan daño al golpearse.

Y esas heridas son la tercera razón por la que el pastor unge las ovejas.

El séptimo mensajero nos instruyó asi como cada mensajero instruyó a los de su edad, y nos dijo, bajo la gracia del Espíritu Santo, que dos hermanos (estoy para-fraseando) podemos tener diferencias de opinión en algo o no ver una revelación de forma igual, y que ellos pueden tener alguna discusión sobre el tema y que debieran irse al campo o encerrarse en un cuarto y alli gritarse todo lo que quieran, pero si al terminar la discusión ellos no son capacer de abrazarse el uno al otro como hermanos en el Señor, algo está malo con la experiencia espiritual de ellos. Y PODRIAMOS DECIR NOSOTROS ENTONCES EN ESTA DISPENSACION EN QUE ESTA-MOS QUE LO ERRADO QUE ESTA EN EL ESPIRITU DE ESTOS HERMANOS ES LA FALTA DE UNGIMIENTO EN SUS VIDAS PORQUE EL ACEITE EN ELLOS ES UN REPELENTE CONTRA TODO ESPIRITU DE ODIO, RESENTIMIENTO O ENOJO. Estos pastores en el antiguo Israel, sabían perfectamente que el aceite era el elemento que ayudaba a las ovejas a evitar las heridas y el acercamiento de insectos asi de la misma manera, nuestro gran Pastor, Jesus Cristo, el Espíritu Santo sabía esto antes que ellos, por eso prometio el Espíritu Santo a su Novia.

La mayoría de las heridas que el pastor sana o cura son consecuencias de la vida en el desierto, la cual es tipo de la Etapa de la Santificacion en el creyente.
• Espinas que se encarnan
• heridas producidas por las rocas
• El rascarse en forma muy ruda contra el tronco de un árbol.

Por eso, el pastor inspecciona las ovejas, en busca de cortes y magulladuras.

A algunas ovejas les incomoda que el pastor las inspeccione pero el pastor lo hace:
• Porque no quiere que los cortes se le agraven.
• Porque no quiere que las heridas de hoy se conviertan en una infección mañana.

Y DIOS TAMPOCO QUIERE ESO.

Como las ovejas, tenemos heridas, pero las nuestras son las heridas del corazón que producen las desilusiones, los pecados, los engaños, etc. y aunque la herida sane la cicatriz que queda es la evidencia de la herida misma.

Si no tenemos cuidado, las heridas nos llevan a la amargura, y como ovejas necesita-mos tratamiento.

El Señor es nuestro buen Pastor y El unge nuestras cabezas para protegernos, porque Él nos ama.